10 diciembre 2011

El presidente de la Academia de Historia de Cundinamarca don David Rubio Rodríguez intervino en la sesión ante los académicos asistentes con la siguiente reflexión:
“Roberto Velandia, Adalid de la Cundinamarquesidad”

Los académicos de Cundinamarca aún no asimilamos la partida de Roberto Velandia. Con él nos sucede lo que suele pasar con ciertos personajes que por su prestancia e incidencia en la vida cultural de nuestro entorno los asumimos como permanentes, sentimos que siempre han estado y están ahí. Los percibimos como investidos de inmortalidad. Esta sensación seguramente es producto de la perpetuidad que proyectan sus obras, sus escritos. Y por lo mismo nos resistimos a aceptar el vacío que deja su ausencia.
A Roberto Velandia lo conocimos hablando siempre de Cundinamarca. Preguntando siempre por Cundinamarca. Defendiendo siempre el departamento y criticando todo aquello que en su sentir atentaba contra la identidad, grandeza y buen nombre de Cundinamarca.
Don Roberto Velandia fue sin lugar a dudas el gran adalid de la Cundinamarquesidad. Enseñaba con sus obras y su ejemplo a valorar y querer el Departamento. Se dolía de todo aquello que implicara menoscabo de su honroso pasado, de sus glorias, de su aporte a la nacionalidad. Desde sus primeros escritos registrados en la prensa departamental, dejó ver un acendrado amor por la provincia, por su historia, y por todo aquello que pudiera engrandecerla.
El año pasado tuvimos la satisfacción de honrarlo como orador central en los actos del Bicentenario de la Independencia Nacional, en la ceremonia cumplida en la Gobernación de Cundinamarca. Sus palabras y reflexiones conmovieron a todos los afortunados asistentes a aquella solemne sesión académica. Para él era cumplir un sueño: el poder llevar la palabra en tan memorable ocasión.
Su magistral obra, la Enciclopedia Histórica de Cundinamarca, al lado de tantos otros libros y escritos, seguirán siendo de obligada consulta y alimento constante de la cundimaraquesidad, por la que tanto luchó.
Reconocimiento y gratitud perenne expresaremos siempre en la Academia por la vida y obra de Roberto Velandia.
Bogotá, D.C. Diciembre de 2011

David Rubio Rodríguez
Presidente

Terminada la reflexión del académico presidente solicitó un minuto de silencio en recuerdo del insigne académico desaparecido.
Se procedió a la lectura de la resolución No.03 de 2011
Texto de la resolución:
FUNDADA EN 1908

RESOLUCIÓN No 03 de 2011
(21 de noviembre de 2011)

“Por la cual se rinde homenaje a la Memoria del Historiador emérito de Cundinamarca y Miembro Honorario de la Academia Don Roberto Velandia Rodríguez”

LA ACADEMIA DE HISTORIA DE CUNDINAMARCA
en uso de sus atribuciones estatutarias, y

Considerando:

a) Que el día 20 de noviembre, falleció en la ciudad de Girardot (Cundinamarca), Don Roberto Velandia Rodríguez.

b) Que el Doctor Velandia Rodríguez, a lo largo de su vida intelectual, fue el máximo investigador y revaluador de la historia y grandeza del pueblo Cundinamarqués, actividad dentro de la cual produjo más de cincuenta publicaciones entre libros y folletos.

c) Que la Academia de Historia de Cundinamarca, fue la primera institución de esta naturaleza a la cual ingresó Don Roberto Velandia en el año de 1971, y a la que dedicó muchos años de su vida como Coordinador General en los años setenta, y Presidente en el periodo 1985 a 1987.

d) Que el fruto de su obra investigativa se consolidó en el periodo de 1979 a 1982, con la publicación de la Enciclopedia Histórica de Cundinamarca, labor que lo hizo ser reconocido como el “Historiador de Cundinamarca”.

e) Que de la misma manera se desempeñó en diferentes cargos a nivel departamental como: Alcalde Especial de Zipaquirá, Director de la Imprenta Departamental “Antonio Nariño”, Sub – secretario de Gobierno de Cundinamarca, y Asesor de la Secretaría de Gobierno de Cundinamarca, entre otros.

f) Que a la par con su labor Académica, el Doctor Roberto Velandia, libró una lucha en pro de la autonomía y representatividad del Departamento de Cundinamarca en todos los campos de la vida nacional, la cual como él mismo lo manifestara afloró en la Asamblea de Municipalidades celebrada en el Municipio de Mosquera el 16 de septiembre de 1962.

g) Que es un deber de la Institución mantener vigente y exaltar la memoria y obra de quienes han honrado al Departamento y a la Academia, y de quienes han liderado la labor y objetivos establecidos por ellas.

Resuelve:

Artículo 1º. Deplorar el sensible fallecimiento del Historiador emérito y Miembro Honorario de la Institución Don Roberto Velandia Rodríguez.

Artículo 2°. Realícese una Sesión Solemne de la Academia en la cual se rendirá sentido homenaje a la memoria del Historiador Cundinamarqués.

Artículo 3°. Devélese, una placa en mármol en la sede de la Academia, que consagre el reconocimiento a la vida y obra del Doctor Roberto Velandia.

Artículo 4°.- Copia de la presente Resolución se entregará en nota de estilo a la familia de don Roberto Velandia Rodríguez.

Dada en Zipaquirá, a los veintiún (21) días del mes de noviembre de dos mil once (2.011)

En constancia firman,

J. DAVID RUBIO RODRÍGUEZ
Presidente

LUIS HENRIQUE GÓMEZ C.
Vicepresidente

CARLOS ALFREDO GÓMEZ RÍOS
Secretario

Como es costumbre de la academia, en cada sesión se elige un personaje o acontecimiento para recordar. Para este 2011 fue en la fecha, Fray Domingo de Petrés en el bicentenario de su muerte.”

Observatorio Astronómico de Bogotá

Breve alusión a esta efeméride la hizo el mismo presidente don David Rubio, destacando su importancia y nombrando algunos de los monumentos arquitectónicos que legó a la posteridad el arquitecto colonial. (1759- 1811). Intervino en obras de la mayor importancia en Bogotá: la Catedral Primada, el Observatorio Astronómico, la reconstrucción del templo de San francisco, entre varias de la época virreinal.
La sesión continúo con un informe de la presidencia, dando paso al último punto del orden del día, las proposiciones y varios.
Finalmente, un ALMUERZO DE COMPAÑEROS fue ofrecido para todos los compañeros académicos por el señor Presidente para clausurar el año.